El acné es una condición común de la piel y afecta a millones de personas en el mundo. Se caracteriza por la presencia de poros tapados (puntos negros y blancos), granos inflamados (pústulas), y bultos más profundos (nódulos). Generalmente se asocia al acné como una enfermedad de la cara, sin embargo, también puede presentarse en el pecho, espalda y brazos.
Es importante considerar que el acné sin tratamiento puede dejar cicatrices permanentes. Para evitar las cicatrices del acné, es importante realizar el tratamiento a tiempo.
Dependiendo de la persona y de la severidad del acné se pueden hacer tratamientos de distintos tipos, los que combinan cremas tópicas, antibióticos, entre otros. Éstos buscan destapar los poros y eliminar la bacteria causante de la inflamación.
A pesar de todo lo anterior, es común que el acné no desaparezca o que vuelva a aparecer al dejar los medicamentos. En este punto es donde la tecnología ha hecho un grandísimo aporte ya que el uso de láser y luz pulsada disminuye el acné activo y previene y repara las cicatrices que quedan.
